lunes, 19 de enero de 2015

Alquimia Interior Taoísta

En la entrada anterior de Dandao, titulada “Claves de la primera etapa, Virtud superior e Inferior”, se señaló que, tradicionalmente, los textos taoístas han distinguido entre la niñez (virtud superior) y la edad adulta (virtud inferior). Aunque parezcan contradictorios, hay que entenderlos en su contexto en particular para comprender el uso concreto.

En la práctica alquímica una edad temprana ayuda a refinar el elixir con mayor rapidez, mientras que para un adulto o una persona entrada en lo que llamamos tercera edad el proceso es más largo y se necesita dedicar más tiempo al proceso de captación y nutrición del principio vital.

En otras palabras, la esencia y la energía de riñón—entendida en este contexto como energía sexual—se encuentran repletas a una edad temprana, en la niñez, de ahí que se denomine a los practicantes que se encuentran en esta etapa como poseedores de una virtud superior: será más sencillo para ellos quemar el combustible original durante la práctica.

 Por otro lado, para un adulto será más importante nutrirse y recuperar esta energía, perdida a lo largo de los años, no sólo debido al desgaste por una práctica sexual desmesurada, sino también porque la función renal comienza a ralentizarse a partir de cierta edad en los varones. Es por esto que se habla de virtud inferior a edades más avanzadas. Para cubrir esta necesidad lo más importante es nutrirse de aquello que escasea, es decir, la esencia primordial, que a su vez riega y nutre, valga la redundancia, el aspecto más original de la biología humana.

Pues bien, con esto en mente comienzan a cobrar forma poemas como este:
上德無為而入性功,何須修補調虧盈。
La virtud superior no hace nada y entra en la práctica de la naturaleza. ¿Qué necesidad hay entonces de reparar, nutrir o regular lo que escasea o lo repleto?

La primera parte de esta frase—la virtud superior no hace nada—aparece también en el Daode jing y la citamos en la entrada anterior. Si gozamos de virtud superior no habrá que hacer nada especial para comenzar a practicar la naturaleza, es decir, la esencia primordial (yuanjing 元精). 

Entonces, el autor se pregunta de forma retórica si es necesario en esas circunstancias realizar algún trabajo de nutrición o de modificación de los componentes ya incluidos en el adepto, e.g. los llamados tres tesoros. Al estar repletos, llenos y no escasear, no hay necesidad alguna de realizar ningún trabajo previo, de ahí que se recalque la idea de que “la virtud superior no hace nada”. 

En este y otros poemas o comentarios de frases de textos alquímicos se repite el mismo patrón de argumentación. Primero, encontramos una afirmación categórica, seguida de una explicación de su razón de ser, y finamente una pregunta retórica mediante la cual se vuelve a explicar lo anterior desde otro ángulo.
 fuente: www.yuanfangmagazine.com

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